Asilah - A unos 40 kilómetros de Tánger, al sur de Cabo Espartel, se encuentra la localidad de Asilah.
- Una ciudad que ha sido testigo privilegiada de todos los pueblos que han conquistado la costa atlántica de Marruecos.
- Desde sus playas de arena fina parece un bastión blanco, toda ella amurallada, constituyendo una excelente fortificación que ha sido muy valorada por todos los ejércitos visitantes, como punto de partida hacia la ruta del sur.
- Asilah es una ciudad marinera que vive del turismo. La fama de sus playas trasciende fronteras y se presenta como la puerta de entrada hacia el paraíso que alberga el interior de Marruecos.
- La medina de Asilah está considerada la más limpia y mejor cuidada de todo el país, lo que le ha valido el favor de los turistas.
- No obstante, la ciudad no está volcada sobre el turista, sino que lo reconoce como una fuente de ingresos, pero no lo agobia con multitud de puestos y vendedores ambulantes.
- Asilah es una paradoja en este bello país.
Que visitar en AsilahAsilah es famosa por su impecable medina, pero también por sus playas de arena fina y dorada. La más famosa es la playa de Las Palomas, a la que se puede llegar en coche, en carro o a pie. El paseo en carro es barato, aunque andando se puede disfrutar del litoral en un paseo de una hora. Hay otras tres playas más, de similares características, distribuidas tanto hacia el norte como hacia el sur.
Durante el verano se desarrollan en Asilah numerosos encuentros y coloquios. Además tienen lugar los cursos de verano de la Universidad y el Foro Cultural Árabe-Africano. A estos actos acuden ilustres pensadores de todo el país y de la otra orilla del Estrecho.
A unos 50 kilómetros, hacia Tetuán, hay un pueblo llamado Khmiss-Bni-Arrous, cuyo mercado se celebra los jueves y es un acontecimiento del todo recomendable. Los agricultores de las tierras vecinas venden sus productos y se convierte en un espectáculo de colores, olores y sabores (coincide en fecha con el de Asilah, que es similar, aunque menos llamativo). Siguiendo el camino en dirección hacia las montañas se encuentra Moulay Abdessalam, el pueblo del santo, con multitud de fuentes en sus calles y una mezquita que domina toda la comarca.