Día
1 /Moscú (Llegada)
Llegada
a Moscú.
Traslado
al hotel.
Alojamiento.
Día
2 /
MoscÚ
Desayuno
en el hotel.
Visita
Panorámica completa de Moscú. Vibrante,
moderna, tendencia hasta el extremo, la capital rusa es un destino
cultural de primer nivel. Esta metrópolis trepidante acoge el
célebre Bolshói y el grandioso Kremlin. Teatros, salas de
conciertos, boutiques de diseño, restaurantes y clubs de moda se
alinean a orillas del Moscova.
Moscú
es la mayor ciudad de Rusia y de Europa, con más de 12 millones de
habitantes. Es la capital de Rusia desde el siglo XV, excepto durante
el periodo entre 1712 y 1918, cuando la capital fue trasladada a San
Petersburgo. La ciudad fue fundada en el siglo XII, y el Kremlin, su
principal fortaleza, fue erigido en 1156. Moscú rápidamente ganó
importancia y el Ducado de Moscú se convirtió en la principal
entidad política entre los principados de Rusia central. Iván III,
Gran Príncipe de Moscú, unificó todos estos territorios bajo su
cetro, liberó el centro de Rusia del yugo de los invasores mongoles
y tártaros y fue proclamado Gran Príncipe del Rus, con Moscú como
capital. La ciudad ha sido destruida varias veces a lo largo de su
historia; y los invasores mongoles, tártaros de Crimea, polacos y
suecos se han sucedido a sus puertas. El mismo Napoleón pasó aquí
6 semanas antes de iniciar su catastrófica retirada y, durante la II
Guerra Mundial, los ejércitos alemanes fueron detenidos a solamente
20 km de Moscú. Todos estos sucesos han influido y modelado el
paisaje urbano y la arquitectura de la ciudad, extremadamente
eclécticos: se pueden ver fortalezas medievales junto a rascacielos
estalinistas, y bellas iglesias barrocas y neoclásicas junto a
elegantes edificios Art-Nouveau. Todo ello hace de Moscú un centro
cultural de primer orden: la ciudad posee monumentos declarados
“Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO, varios museos de
extraordinaria importancia y teatros entre los mejores del mundo. Es
una ciudad dinámica, en pleno desarrollo que desde hace pocos años
ha vuelto a abrirse al visitante.
Visita
totalmente guiada en español, toma de contacto ideal con la ciudad,
su centro histórico y sus principales monumentos. A través de
amplias avenidas como la célebre Tverskaya,
llegaremos a la “Colina
de los Gorriones”,
coronada por el célebre rascacielos de inspiración estalinista en
el que se encuentra la Universidad
Lomonósov.
Desde aquí podremos admirar una espléndida vista de la ciudad.
Contemplaremos los exteriores del célebre Monasterio
de Novodévichi y su lago,
que inspiraron a Tchaikovsky en el “Lago
de los Cisnes” y
pararemos en el Parque
de la Victoria,
construido tras la II Guerra Mundial. Recorreremos las avenidas que
bordean el río Moscova, con vistas de la “Casa
Blanca”, sede del
Gobierno Ruso.
Continuaremos dando un paseo
en la calle
Arbat, lugar de
encuentro preferido de los moscovitas, animada vía peatonal en el
corazón del casco antiguo. Es también llamada el “Montmartre
ruso”, ya que está situada en un barrio bohemio donde
anteriormente vivían numerosos artistas. Aun hoy día la frecuentan
numerosos pintores y artistas callejeros. Pasaremos
frente a la catedral
de San Salvador, el
edificio de la “Duma”
o parlamento ruso,
el célebre teatro
Bolshói y el
imponente edificio de la “Lubianka”,
sede del antiguo KGB. No adentraremos en las callejuelas del antiguo
barrio “Kitai-Gorod”
y sus pequeñas iglesias. Finalmente, llegaremos a la Plaza
Roja, declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, llamada así por el color
de los ladrillos de los edificios que la rodean: el Museo
de Historia, las
murallas del Kremlin
y la catedral de San
Basilio, con sus
famosísimas cúpulas multicolores en forma del bulbo. En plaza Roja
se sitúa el Mausoleo
de Lenin y sobre
sus adoquines desfila el Ejército Ruso en las numerosas
conmemoraciones que tienen lugar a lo largo del año.
Visita
exterior del Monasterio de Novodévichi y
su célebre “Lago de los Cisnes”.
El Convento de
Novodévichi (Nuevas Doncellas), declarado Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO, es uno de los más bellos de Rusia. Se encuentra
situado en uno de los meandros del río Moscova. Fue fundado Por
Basilio III en 1524 para conmemorar la victoria rusa sobre los
ejércitos polaco y lituano y la reconquista de la ciudad de
Smolensko. Durante los siglos XVI y XVII las grandes familias de
boyardos rusos e incluso la propia familia imperial enviaban a
Novodévichi a algunas de sus hijas. Está situado al borde de un
pequeño lago que inspiró a Tchaikovsky en su composición del “Lago
de los Cisnes”. Los exteriores de su catedral de 5 cúpulas y su
campanario son especialmente notables por su belleza. En el
Cementerio de
Novodévichi,
situado en el territorio del monasterio, están enterradas numerosas
personalidades rusas del mundo del arte, la ciencia e incluso de la
política: Boris Yeltsin, Jrushchov, Kropotkin y Mólotov reposan
junto a Chéjov, Gógol, Mayakovski y Bulgákov, así como
Rostropóvich, Shostakóvich, Stanislavski, Rubinstein, Chaliapin o
Eisenstein. En el Museo de Novodévichi se halla un importante museo
con colecciones de iconos, joyería, bordados y libros antiguos.
Pequeña
degustación de vodka.
Para conocer mejor el origen y la historia de esta bebida tan
apreciada en Rusia, realizaremos una pequeña degustación de vodka:
los rusos la beben con gran placer en ocasiones especiales como
bodas, bautizos o despedidas, o simplemente para compartir un buen
rato entre amigos, o incluso como rubrica indispensable de un gran
contrato. Sirvió incluso como moneda de cambio hasta principios del
siglo XX. Conoceremos los principios de destilación de este alcohol
de 40 grados (en su versión comercial) que formaba parte de las
raciones de combate de los soldados soviéticos en el frente en la
Segunda Guerra Mundial.
Almuerzo.
Visita
del Metro de Moscú. Inaugurado
el 15 de mayo de 1935 por el poder soviético como símbolo del
avance tecnológico e industrial del sistema político, el Metro de
Moscú era el “Palacio del Pueblo”. En su decoración
participaron los más importantes artistas de la época y se
utilizaron materiales procedentes de todos los rincones del país,
queriendo simbolizar la unidad de los pueblos soviéticos. Aun hoy
día es el principal medio de transporte de la ciudad y uno de los
principales del mundo, con 200 km de líneas y 145 estaciones.
Visitaremos las más importantes, construidas con lujosos materiales,
como más de 20 variedades de mármol, granito, ónice y decoradas
con pinturas, mayólica, vidrieras, murales, mosaicos e incluso
grupos escultóricos.
Llegada
al hotel y alojamiento.
Cena
en
el hotel.
Día
3 /
Moscú
Desayuno
en el hotel.
Visita
del Kremlin con sus Catedrales. La
palabra “Kreml” significa fortaleza en ruso. En la antigua Rusia,
en cada ciudad de importancia se erigía un recinto amurallado dentro
del cual se situaban el centro de poder militar, civil y religioso,
como las principales iglesias y catedrales. El de Moscú, cuna de la
ciudad, es el más importante del país, y ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construido en el siglo XII,
su forma actual se concluyó en el siglo XV, y es un magnífico
reflejo de las diferentes etapas del arte ruso, concentración
monumental única de arquitectura, pintura y artes decorativas y
aplicadas. Los mejores artesanos y artistas trabajaron en sus
iglesias, catedrales y palacios, legándonos obras de incalculable
valor. En el inolvidable marco de sus calles y plazas se concentraba
el símbolo del poder y la gloria de Rusia. Aun en la actualidad
alberga algunos de los principales órganos del gobierno político y
religioso: el Palacio Presidencial, diferentes edificios
administrativos y militares, como el Senado y el Arsenal, así como
numerosas iglesias y catedrales. Sus murallas, dominando el río
Moscova y la Plaza Roja, están compuestas de ladrillos de más de 8
kg de peso, miden entre 5 y 19 metros de altura y tienen una longitud
total de 2.235 metros. Visitaremos el interior del recinto para
admirar la “Campana Zarina”, la mayor del mundo, fundida en 1733,
y el “Cañón Zar”, uno de los mayores jamás construidos,
fundido en 1586 por Andréi Chójov. Su finalidad era la de defender
la entrada por la Puerta de San Salvador, pero hasta ahora nunca se
ha utilizado. Finalizaremos visitando la célebre “Plaza de las
Catedrales”, enmarcada por las de San Miguel, la Dormición y la
Anunciación.
Almuerzo.
Visita
de la Galería Tretiakov.
Esta
incomparable pinacoteca fue llamada así en honor a su fundador, el
célebre negociante Pavel Tretiakov (1832-1898), gran mecenas ruso
del siglo XIX. Su sueño fue siempre la creación de un museo
accesible a cualquier visitante, con una gran colección de objetos
que permitieran comprender y admirar la historia del Arte ruso, sacro
y laico. El proyecto se hizo realidad en 1881, con la inauguración
de la Galería. Tretiakov donó más de 2000 obras de su colección
privada a la ciudad de Moscú, constituyendo el embrión de lo que
hoy es este impresionante museo. Alberga más de 130.000 obras
creadas por artistas rusos, un excepcional panorama histórico de la
pintura rusa, desde el siglo XI hasta nuestros días. Su mayor tesoro
es su magnífica colección de iconos, destacando “la Virgen de
Vladimir”, de estilo bizantino y que la tradición atribuye a San
Lucas, y la obra maestra del gran Andréi Rubliov, “la Trinidad”.
Cena
en
el hotel.
Día
4 /
MoscÚ – San Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Excursión
a Serguiev Posad,
el “Vaticano Ruso”
y visita del Monasterio. Situado
a unos 70 Km. al nordeste de la capital rusa, en la ruta Imperial del
Anillo de Oro, Serguiev Posad (antes llamado Zagorsk) es uno de los
centros más importantes de la religión ortodoxa. Su construcción
fue iniciada por San Sergio, quien estableció en el lugar un
monasterio-fortaleza en 1340. Con el paso del tiempo, el monasterio
se convirtió en uno de los más espectaculares e importantes centros
espirituales del país. En él podemos apreciar elementos
característicos de la arquitectura militar de los siglos XV al
XVIII, periodo en el que tuvo su máximo desarrollo. Activo aun hoy
día como monasterio fortificado de la Trinidad San Sergio, es además
Seminario, Instituto Teológico, lugar de peregrinación y sede y
residencia del gran patriarca de todas las Rusias, por lo que se le
conoce como el “Vaticano Ruso”. Entre sus numerosas iglesias y
catedrales destacan la cúpula azul de la Catedral de la Asunción, o
la más importante de ellas, la catedral de la Dormición. Esta
última contiene la tumba de Boris Godunov y su familia, y una copia
del famosísimo icono “la Trinidad”, de Andréi Rubliov, cuyo
original se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú. Serguiev
Posad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Almuerzo.
Salida hacia
Izmáilovo.
Visita
de Izmáilovo y su célebre mercado.
Situado a poca distancia de Moscú, Izmáilovo es célebre por su
inmenso mercado, donde todo se puede encontrar, desde modestos
recuerdos y artículos que no valen más que un puñado de rublos, a
las refinadas producciones de los mejores artesanos. Además de las
tradicionales muñecas rusas, se puede encontrar sobre todo joyas y
artículos de bisutería, “suvenires” de la época soviética y
también artesanía procedente de todos los rincones del país. La
inmensa cantidad de artículos y lo variado de sus orígenes son la
prueba palpable de que nos encontramos en el cruce de Europa y Asia.
Varios talleres permiten descubrir los oficios tradicionales como la
orfebrería, la alfarería o el trabajo de los tejedores. Se puede
igualmente admirar diferentes edificios que representan la
arquitectura tradicional rusa, tanto en piedra como en madera.
Traslado
a la estación de ferrocarril.
Salida
a San Petersburgo en tren diurno de alta velocidad.
Llegada
a San Petersburgo. Traslado
al hotel y alojamiento.
Cena*.
*Los
pasajeros pueden tener este almuerzo o la cena tipo “picnic” en
función de la hora de salida del tren.
Día
5 / San Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Visita
Panorámica completa de San Petersburgo. Ventana
de Rusia a Europa, Venecia del Norte, Ciudad-Museo… ¡Cualquiera
que sea el título que se le dé, San Petersburgo es una ciudad que
hay que conocer! Construida sobre el agua y el barro en 1703 por el
Zar Pedro el Grande, esta magnífica ciudad báltica cautiva al
visitante. Suntuosos palacios, elegantes puentes y majestuosos
malecones de granito se reflejan en sus ríos y canales que se
entrecruzan con las callejuelas. Su belleza y riqueza dejan mudo al
viajero.
Pedro
el Grande quería que Rusia recuperase su retraso con respecto al
resto de Europa, y pensaba que su país estaba subdesarrollado y que
su nobleza e instituciones pertenecían al pasado. Decidió mover la
capital de Moscú y construir otra desde cero, más próxima a la
Europa del Norte que tanto admiraba. El lugar elegido para ello
parecía la elección de un loco: un terreno pantanoso en el Gran
Norte, infestado de malaria en verano y con un durísimo invierno.
Miles de trabajadores forzosos perecieron en la construcción de la
nueva capital. Pero a pesar de todos los inconvenientes, esta creció
rápidamente y pronto se convirtió en un auténtico imán de
arquitectos y artistas llegados de todos los rincones de Europa, que
edificaron avenidas y parques, iglesias y palacios, canales y
puentes, es cuelas, una Universidad y Academia de Bellas Artes, y
embellecieron la ciudad hasta límites inimaginables. El lujo y la
sofisticación técnica empleados en la construcción, la opulencia
de la corte zarista, pueden admirarse en los numerosos palacios,
teatros, lujosas e imponentes fachadas que ornan las amplias
avenidas, aquí llamadas “Perspectivas” (Prospekt).
Los innumerables canales, islas y puentes que fue necesario construir
para drenar el terreno y encauzar el caudaloso Neva le dan a la
ciudad un carácter único. San Petersburgo ha sido declarada
Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
San
Petersburgo ha sido la capital de Rusia durante más de dos siglos,
de 1712 a 1918. Tras la revolución rusa, Moscú volvió a ser la
capital y San Petersburgo inicio un periodo de decadencia. Los
comunistas cambiaron incluso su nombre por dos veces, a Petrogrado y
Leningrado. Al terminar el régimen soviético, San Petersburgo
recupero su nombre histórico y, tras un intenso periodo de
reconstrucción y restauración, la ciudad ha recobrado el esplendor
y la gloria de antaño.
Hoy
San Petersburgo es una ciudad vibrante y dinámica y con sus 5
millones de habitantes es la 4a ciudad de Europa. Es también la
ciudad más visitada de Rusia. Además de su maravilloso patrimonio
cultural, ofrece al visitante una impresionante oferta de actividades
durante todo el ano.
Visita
totalmente guiada en español, toma de contacto ideal con la ciudad,
su centro histórico y sus principales monumentos. Podremos apreciar
la Perspectiva
Nevsky, con sus
prestigiosos edificios: Palacios Aníchkov, Stroganov y
Beloselski-Belozerski; iglesias luterana, católica y armenia; la
Catedral ortodoxa de
Nuestra Señora de Kazán,
los edificios Eliseev, Mertens y Singer… Atravesaremos la Fontanka,
río que cruza el centro urbano de San Petersburgo, así como el río
Moika y el canal Griboyedov. Sobre este último se encuentra la
célebre iglesia de
San Salvador sobre
la Sangre Derramada, de inconfundible estilo ruso con sus cúpulas
multicolores y doradas, en forma de bulbo. El antiguo Palacio
de Invierno,
imponente residencia de los Zares, transformado en el Museo
del Hermitage,
domina desde su fachada Norte el curso del majestuoso Neva. Al otro
lado del río se alza la inconfundible silueta de la Fortaleza de
Pedro y Pablo. No lejos se encuentra la Cabaña
de Pedro el Grande:
desde esta modesta vivienda de madera, el Zar seguía personalmente
la evolución de la construcción de “su” ciudad, entre 1703 y
1708. En la isla Vasílievski se encuentran la Strelka,
el palacio Ménshikov
y el histórico edificio de la Universidad.
Pasaremos ante el Almirantazgo
y su imponente flecha dorada, símbolo de la fuerza naval rusa, en la
que Pedro el Grande quiso cimentar su Imperio. Veremos su estatua
ante el edificio del Senado
y la Catedral de San
Isaac, con sus
gigantescas columnas de granito rojo de Finlandia. La plaza
Teatrálnaya alberga los edificios del Conservatorio
y el célebre Teatro
Mariinsky.
Terminaremos ante la bella catedral
de San Nicolás de los Marinos,
rodeada de canales.
Visita
de la Catedral de San Nicolás de los Marinos y asistencia parcial a
la misa ortodoxa rusa cantada.
Petrovna erigir el templo de San Nicolás de los Milagros - protector
de los marinos - en honor de las hazañas de la Flota Rusa. La
construcción, dirigida por el arquitecto Chevalinski, duró desde
1753 hasta 1762. La catedral consta en realidad de dos iglesias
diferentes, situadas cada una de ellas en uno de los dos pisos que la
componen: la iglesia de San Nicolás en el piso inferior, y la
iglesia de la Epifanía en el superior. Ambas ricamente decoradas con
molduras y columnas de orden corintio. El conjunto es rematado por un
bello campanario exento. La combinación de cúpulas doradas,
fachadas azules y columnas blancas es de gran belleza.
Pequeño
paseo por el barrio de Dostoievski,
El escritor de fama mundial Fiódor Dostoievski mantuvo una estrecha
relación con la ciudad de San Petersburgo, a la que amó, y en la
que pasó una gran parte de su vida. Visitaremos su barrio preferido,
situado en pleno centro de San Petersburgo donde, tras las elegantes
fachadas, vivían gentes de toda clase y condición, personajes que
reflejaban la Rusia real, que el escritor gustaba de llamar
“Verdaderos Rusos” y reflejó de forma magistral en obras como
“Crimen y Castigo”, “el Idiota” y otras. Recorreremos las
mismas calles donde paseaba el escritor, podremos admirar la fachada
de la casa donde murió, hoy transformada en museo, y visitaremos la
iglesia de San Vladimir, donde frecuentemente acudía a rezar.
Visita
del Mercado Kuznechny.
Situado en una de las zonas más antiguas de San Petersburgo, en el
barrio que hoy lleva el nombre del escritor Dostoievski, el Mercado
fue construido a principios del siglo XX. Es uno de los más famosos
de la ciudad, siendo sin duda el favorito de sus habitantes. No es el
lugar más barato, pero si el mejor abastecido. Aquí podemos
encontrar los mejores productos procedentes de toda Rusia y de otros
lugares del mundo: Frutas y verduras de los fértiles oasis de Asia
Central, sabrosos quesos caseros; deliciosos frutos secos del
Cáucaso, setas y frutos de los bosques del Norte, pescado fresco de
los ríos rusos y caviar… Los compradores pueden probar los
productos, es la mejor garantía de calidad!
Vista
exterior del Acorazado “Aurora”-
barco de la antigua marina de guerra imperial, cuyos cañonazos el 25
de octubre de 1917 marcaron el inicio de la Revolución Rusa. La
tripulación amotinada se sumó a los revolucionarios, rechazando la
orden superior de abandonar la ciudad. Sus tropas no solamente dieron
la señal del asalto al Palacio de Invierno, sino que participaron en
el mismo. Podremos admirar la espectacular vista del majestuoso
acorazado y sus históricos cañones desde la orilla del Neva.
Visita
exterior de la Cabaña de Pedro el Grande.
Esta modesta casa de madera, construida en 1703, fue la primera
edificación de San Petersburgo. Inspirada en las viviendas
holandesas del siglo XVIII, desde ella Pedro el Grande seguía
personalmente la edificación de “su” ciudad entre 1703 y 1708.
Visita
de la Fortaleza de Pedro y Pablo, panteón
de los zares Romanov.
Situada
en una pequeña isla frente al Palacio del Invierno, dominando los
tres brazos del Neva, la Fortaleza estaba destinada a proteger la
ciudad de las incursiones por vía marítima. Los Zares la utilizaron
después como prisión política, encarcelando allí a sus
principales opositores, principalmente intelectuales. Convertida hoy
en museo, su recinto amurallado ofrece incomparables vistas de la
orilla sur del Neva. Desde sus murallas, diariamente, un cañonazo
marca las doce del mediodía. La pequeña iglesia de madera que se
encontraba originalmente en su interior se fue agrandando hasta
transformarse en Catedral. Podremos admirar en ella la tumba del
fundador de la ciudad, el Zar Pedro el Grande, así como las de los
zares de la dinastía Romanov y sus familias, incluyendo Nicolás II
y su esposa e hijos, asesinados durante la revolución en 1918. Sus
cuerpos fueron trasladados a la Catedral en 1998.
Almuerzo.
Tiempo
libre.
Cena
en
el hotel.
Día
6 / San Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Mañana
libre.
Almuerzo.
Visita
del Museo del Hermitage.
El magnífico Museo del Hermitage es la mayor atracción de San
Petersburgo. Está situado en
el
Palacio de Invierno, antigua residencia de los Zares, y tres otros
edificios contiguos junto al Neva. El Hermitage es el mayor museo de
Rusia, así como uno de los más importantes del mundo. Fue fundado
en 1764 por Catalina la Grande y se fue enriqueciendo a lo largo de
los siglos mediante la compra por parte de los zares de colecciones
completas en el extranjero. Hoy cuenta con más de tres millones de
obras de arte y posee colecciones de una riqueza inestimable:
colecciones de escultura y pintura, cristal y porcelana, tapicerías
y joyas, grabados, antigüedades de la época clásica, armas,
medallas, monedas, valiosos libros… Debe su renombre internacional
en especial a sus colecciones de pintura de las escuelas italiana,
flamenca, francesa y española, en particular obras maestras de
Leonardo da Vinci, Rafael y Rembrandt. Sus suntuosos interiores
ricamente decorados sor el marco ideal para esta colección única.
Cena
en
el hotel.
Día
7
/ San Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Excursión
a Pavlovsk y visita del Palacio y parque. El
palacio de Pavlovsk fue un regalo de Catalina la Grande a su hijo
Pablo, futuro zar Pablo I, en 1777. El lugar tomó rápidamente el
nombre de Pavlovsk y se enriqueció con numerosas obras de arte
gracias a la esposa del Zar, María Fiódorovna, gran amante de las
Artes, que fue mecenas de numerosos artistas. Apreciaremos el
refinamiento de sus salones, la armonía de colores, la elegancia de
sus chimeneas en Mármol de Carrara, la gran colección de porcelanas
y pinturas, así como de objetos de marfil. El gran parque, de 600
hectáreas, originalmente coto de caza imperial, es una obra maestra
de arquitectura paisajística en Europa.
Visita
del Parque de Catalina en Pushkin. La
pequeña ciudad de Pushkin, situada a 30 km al sur de San
Petersburgo, se denominó así en honor del más grande poeta ruso.
Antiguamente se llamaba Tsárskoye Seló, o “Aldea de los Zares”.
En ella se encuentra una de las más bellas residencias imperiales,
el Palacio de Catalina, cuyo nombre está dedicado a Catalina I,
esposa de Pedro el Grande. La bellísima arquitectura del Palacio,
que va del Rococó al Neoclásico, se refleja en su exterior: los
jardines de estilo francés, con avenidas simétricas y setos
rectilíneos, y el parque paisajístico de estilo inglés. Fue
diseñado en torno a un gran estanque central, con gran profusión de
monumentos. Podremos pasear entre bosques de abedules y abetos, lagos
y estanques, arroyos, puentes, esculturas, pérgolas... La
inolvidable belleza del lugar ha sido descrita por innumerables
poetas y artistas.
Vista
exterior del Palacio de Catalina. Diseñado
por el célebre arquitecto italiano Bartolomé Rastrelli, autor de
los más importantes monumentos y palacios de San Petersburgo, fue
construido en el siglo XVIII a lo largo del reinado de cinco Zares.
Cada uno de ellos intervino en la construcción de acuerdo a su
propio gusto y a las tendencias de la época, desde el Rococó
inicial hasta el Neoclásico.
Regreso
a
San Petersburgo.
Almuerzo.
Traslado
al
hotel y
alojamiento.
Tiempo
libre.
Cena
en
el hotel.
Día
8 /
San Petersburgo (Salida)
Desayuno
en el hotel
(en función de la hora de salida del vuelo de regreso).
Traslado
de salida al aeropuerto.