Día
1 /
Moscú (Llegada)
Llegada
a Moscú.
Traslado
al hotel.
Alojamiento.
En
opción:
Cena en el hotel.
Día
2 /
MoscÚ
Desayuno
en el hotel.
Visita
Panorámica de Moscú. Vibrante,
moderna, tendencia hasta el extremo, la capital rusa es un destino
cultural de primer nivel. Esta metrópolis trepidante acoge el
célebre Bolshói y el grandioso Kremlin. Teatros, salas de
conciertos, boutiques de diseño, restaurantes y clubs de moda se
alinean a orillas del Moscova.
Moscú
es la mayor ciudad de Rusia y de Europa, con más de 12 millones de
habitantes. Es la capital de Rusia desde el siglo XV, excepto durante
el periodo entre 1712 y 1918, cuando la capital fue trasladada a San
Petersburgo. La ciudad fue fundada en el siglo XII, y el Kremlin, su
principal fortaleza, fue erigido en 1156. Moscú rápidamente ganó
importancia y el Ducado de Moscú se convirtió en la principal
entidad política entre los principados de Rusia central. Iván III,
Gran Príncipe de Moscú, unificó todos estos territorios bajo su
cetro, liberó el centro de Rusia del yugo de los invasores mongoles
y tártaros y fue proclamado Gran Príncipe del Rus, con Moscú como
capital. La ciudad ha sido destruida varias veces a lo largo de su
historia; y los invasores mongoles, tártaros de Crimea, polacos y
suecos se han sucedido a sus puertas. El mismo Napoleón pasó aquí
6 semanas antes de iniciar su catastrófica retirada y, durante la II
Guerra Mundial, los ejércitos alemanes fueron detenidos a solamente
20 km de Moscú. Todos estos sucesos han influido y modelado el
paisaje urbano y la arquitectura de la ciudad, extremadamente
eclécticos: se pueden ver fortalezas medievales junto a rascacielos
estalinistas, y bellas iglesias barrocas y neoclásicas junto a
elegantes edificios Art-Nouveau. Todo ello hace de Moscú un centro
cultural de primer orden: la ciudad posee monumentos declarados
“Patrimonio de la Humanidad” por la UNESCO, varios museos de
extraordinaria importancia y teatros entre los mejores del mundo. Es
una ciudad dinámica, en pleno desarrollo que desde hace pocos años
ha vuelto a abrirse al visitante.
Visita
totalmente guiada en español, toma de contacto ideal con la ciudad,
su centro histórico y sus principales monumentos. A través de
amplias avenidas como la célebre Tverskaya,
llegaremos a la “Colina
de los Gorriones”,
coronada por el célebre rascacielos de inspiración estalinista en
el que se encuentra la Universidad
Lomonósov.
Desde aquí podremos admirar una espléndida vista de la ciudad.
Contemplaremos los exteriores del célebre Monasterio
de Novodévichi y su lago,
que inspiraron a Tchaikovsky en el “Lago
de los Cisnes” y
pararemos en el Parque
de la Victoria,
construido tras la II Guerra Mundial. Recorreremos las avenidas que
bordean el río Moscova, con vistas de la “Casa
Blanca”, sede del
Gobierno Ruso.
Continuaremos dando un paseo
en la calle
Arbat, lugar de
encuentro preferido de los moscovitas, animada vía peatonal en el
corazón del casco antiguo. Es también llamada el “Montmartre
ruso”, ya que está situada en un barrio bohemio donde
anteriormente vivían numerosos artistas. Aun hoy día la frecuentan
numerosos pintores y artistas callejeros. Pasaremos
frente a la catedral
de San Salvador, el
edificio de la “Duma”
o parlamento ruso,
el célebre teatro
Bolshói y el
imponente edificio de la “Lubianka”,
sede del antiguo KGB. No adentraremos en las callejuelas del antiguo
barrio “Kitai-Gorod”
y sus pequeñas iglesias. Finalmente, llegaremos a la Plaza
Roja, declarada
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, llamada así por el color
de los ladrillos de los edificios que la rodean: el Museo
de Historia, las
murallas del Kremlin
y la catedral de San
Basilio, con sus
famosísimas cúpulas multicolores en forma del bulbo. En plaza Roja
se sitúa el Mausoleo
de Lenin y sobre
sus adoquines desfila el Ejército Ruso en las numerosas
conmemoraciones que tienen lugar a lo largo del año.
Visita
del Monasterio de Novodévichi y su célebre “Lago de los Cisnes”.
El Convento de
Novodévichi (Nuevas Doncellas), declarado Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO, es uno de los más bellos de Rusia. Se encuentra
situado en uno de los meandros del río Moscova. Fue fundado Por
Basilio III en 1524 para conmemorar la victoria rusa sobre los
ejércitos polaco y lituano y la reconquista de la ciudad de
Smolensko. Durante los siglos XVI y XVII las grandes familias de
boyardos rusos e incluso la propia familia imperial enviaban a
Novodévichi a algunas de sus hijas. Está situado al borde de un
pequeño lago que inspiró a Tchaikovsky en su composición del “Lago
de los Cisnes”. Los exteriores de su catedral de 5 cúpulas y su
campanario son especialmente notables por su belleza. En el
Cementerio de
Novodévichi,
situado en el territorio del monasterio, están enterradas numerosas
personalidades rusas del mundo del arte, la ciencia e incluso de la
política: Boris Yeltsin, Jrushchov, Kropotkin y Mólotov reposan
junto a Chéjov, Gógol, Mayakovski y Bulgákov, así como
Rostropóvich, Shostakóvich, Stanislavski, Rubinstein, Chaliapin o
Eisenstein. En el Museo de Novodévichi se halla un importante museo
con colecciones de iconos, joyería, bordados y libros antiguos.
Almuerzo.
Visita
del Metro de Moscú. Inaugurado
el 15 de mayo de 1935 por el poder soviético como símbolo del
avance tecnológico e industrial del sistema político, el Metro de
Moscú era el “Palacio del Pueblo”. En su decoración
participaron los más importantes artistas de la época y se
utilizaron materiales procedentes de todos los rincones del país,
queriendo simbolizar la unidad de los pueblos soviéticos. Aun hoy
día es el principal medio de transporte de la ciudad y uno de los
principales del mundo, con 200 km de líneas y 145 estaciones.
Visitaremos las más importantes, construidas con lujosos materiales,
como más de 20 variedades de mármol, granito, ónice y decoradas
con pinturas, mayólica, vidrieras, murales, mosaicos e incluso
grupos escultóricos.
Recorrido
a pie por el centro histórico. Comenzaremos
junto a la Plaza
Manézhnaya,
antiguo mercado de ganado, donde también se encontraban las cuadras
de la caballería imperial. Pasaremos junto al “kilómetro
cero de Rusia”,
y seguiremos ante las bellas fachadas Art-Nouveau de los lujosos
hoteles
Nacional y Metropol.
Nos pararemos ante la fachada del edificio de la “Duma”
o parlamento
ruso.
Admiraremos el célebre Teatro
Bolshói
y el imponente edificio de la “Lubianka”,
sede del antiguo KGB. Nos adentraremos en las callejuelas del antiguo
barrio de mercaderes “Kitai-Gorod”
y sus pequeñas catedrales, como la de Nuestra
Señora de Kazán
y la de la Santa
Epifanía.
Entraremos en GUM,
famosísimas galerías comerciales históricas, hoy transformadas en
templos del lujo. Llegaremos a continuación a la Plaza
Roja,
declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, llamada así por
el color de los ladrillos de los edificios que la rodean: el Museo
de Historia,
las murallas
del
Kremlin
y la catedral
de San Basilio,
con sus famosísimas cúpulas multicolores en forma del bulbo. En
ella se sitúa el Mausoleo
de Lenin
y sobre sus adoquines desfila el Ejército Ruso en las numerosas
conmemoraciones que tienen lugar a lo largo del año. Finalizaremos
el paseo bordeando las murallas del Kremlin, el Jardín
de Alexander,
el más antiguo de Moscú; la tumba
del soldado desconocido
con la “llama
eterna”
y el monumento
a las víctimas
de la Segunda Guerra Mundial.
Regreso
al
hotel.
Cena
en el hotel.
Día
3 /
Moscú
Desayuno
en el hotel.
Visita
del Kremlin con sus Catedrales. La
palabra “Kreml” significa fortaleza en ruso. En la antigua Rusia,
en cada ciudad de importancia se erigía un recinto amurallado dentro
del cual se situaban el centro de poder militar, civil y religioso,
como las principales iglesias y catedrales. El de Moscú, cuna de la
ciudad, es el más importante del país, y ha sido declarado
Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Construido en el siglo XII,
su forma actual se concluyó en el siglo XV, y es un magnífico
reflejo de las diferentes etapas del arte ruso, concentración
monumental única de arquitectura, pintura y artes decorativas y
aplicadas. Los mejores artesanos y artistas trabajaron en sus
iglesias, catedrales y palacios, legándonos obras de incalculable
valor. En el inolvidable marco de sus calles y plazas se concentraba
el símbolo del poder y la gloria de Rusia. Aun en la actualidad
alberga algunos de los principales órganos del gobierno político y
religioso: el Palacio Presidencial, diferentes edificios
administrativos y militares, como el Senado y el Arsenal, así como
numerosas iglesias y catedrales. Sus murallas, dominando el río
Moscova y la Plaza Roja, están compuestas de ladrillos de más de 8
kg de peso, miden entre 5 y 19 metros de altura y tienen una longitud
total de 2.235 metros. Visitaremos el interior del recinto para
admirar la “Campana Zarina”, la mayor del mundo, fundida en 1733,
y el “Cañón Zar”, uno de los mayores jamás construidos,
fundido en 1586 por Andréi Chójov. Su finalidad era la de defender
la entrada por la Puerta de San Salvador, pero hasta ahora nunca se
ha utilizado. Finalizaremos visitando la célebre “Plaza de las
Catedrales”, enmarcada por las de San Miguel, la Dormición y la
Anunciación.
En
opción:
Visita
de la Armería del Kremlin.
Almuerzo.
Visita
de la catedral de Cristo Redentor.
Esta
imponente catedral fue la mayor iglesia ortodoxa jamás construida,
erigida para celebrar la victoria rusa ante las tropas de Napoleón.
No fue concluida y consagrada hasta 1883, con motivo de la coronación
del Zar Alejandro III. De estilo neobizantino en su planta y
neoclásico en su construcción, su decoración incluía
representaciones de batallas durante la lucha contra las tropas
napoleónicas, realizadas sobre mármol de Carrara. Fue dinamitada en
1931 por orden de Stalin, para erigir el futuro “Palacio de los
Soviets”. El proyecto fue rápidamente abandonado debido a
infiltraciones de agua del rio Moscova en sus cimientos, y en su
lugar se construyó la mayor piscina pública del mundo. Tras la
caída del comunismo, la catedral fue reconstruida conforme al modelo
original y fue reinaugurada en 2000, coincidiendo con la canonización
del último zar y su familia, asesinados durante la revolución
bolchevique.
Visita
del barrio «Octubre Rojo».
La legendaria fábrica de chocolate Octubre Rojo fue construida en
1862 a orillas del rio Moscova. Fue fundada por Von Einem, un
empresario alemán y se desarrolló rápidamente: el famoso edificio
de ladrillo rojo situado frente a la catedral de San Salvador fue
ampliado, y se le añadieron viviendas para los trabajadores y
edificios administrativos. Pronto se convirtió en todo un icono de
Moscú, con su aroma a chocolate extendiéndose por el centro de la
capital. La empresa fue designada proveedor oficial de la familia
imperial. Tras la revolución, los comunistas expropiaron la fábrica
y en 1922 le dieron su nuevo nombre. A pesar de ello, la empresa
continuó su desarrollo e incluso sobrevivió a la demolición de su
vecina catedral. Se convirtió en un importante proveedor del
Ejército Rojo y, durante la Segunda Guerra Mundial, sus chocolates
formaban parte de las raciones de combate de los soldados, pilotos y
submarinistas soviéticos. Octubre Rojo sobrevivió a los tiempos de
los Zares, al régimen soviético y a la Perestroika en plena forma y
siguió creciendo a tal ritmo que en 2007 su producción tuvo que ser
trasladada a un nuevo emplazamiento, lejos del centro. La fábrica
quedó vacía, condenada a la demolición para ceder su sitio a
nuevos apartamentos de lujo. Sin embargo, el promotor decidió
dejarla intacta y alquilar sus espacios. En 2008 María Baibakova
sustituyó las antiguas líneas de producción de chocolate por la
primera galería de arte moderno, que tuvo un gran éxito. Pronto el
barrio se convirtió en un imán de artistas, creadores, publicistas
y diseñadores. En 2009 tuvo lugar aquí la 3ª Bienal de Arte
Contemporáneo de Moscú. Hoy en el barrio tienen su sede, entre
otros, el Instituto de Diseño Strelka y el Centro de Fotografía
Hermanos Lumière. También se encuentran aquí numerosos estudios,
galerías de arte, y terrazas y clubes nocturnos de moda. Pasearemos
por el barrio para apreciar los cambios que ha experimentado en los
últimos anos y descubrir su nuevo aspecto.
Paseo
por el barrio de Zamoskvorechye.
Este es un barrio histórico singular, situado al sur del Kremlin de
Moscú, del que le separa el río Moscova. Es un barrio muy diferente
al resto de la capital: aquí todavía perduran las bellas casas
tradicionales de dos plantas, y cada calle alberga una iglesia, que
en otras partes de Moscú fueron destruidas por los comunistas. Si al
otro lado del río vivían las autoridades y los nobles, aquí se
establecieron los mercaderes y negociantes a partir del siglo XVIII.
Posteriormente, durante el siglo XIX, llegaron a Zamoskvorechye
numerosos artistas, poetas y arquitectos, en una época de gran
creatividad y esplendor del barrio. Podremos admirar magníficos
ejemplos de la arquitectura de los siglos XVIII y XIX, en un ambiente
tranquilo y agradable.
Visita
de la Galería Tretiakov.
Esta
incomparable pinacoteca fue llamada así en honor a su fundador, el
célebre negociante Pavel Tretiakov (1832-1898), gran mecenas ruso
del siglo XIX. Su sueño fue siempre la creación de un museo
accesible a cualquier visitante, con una gran colección de objetos
que permitieran comprender y admirar la historia del Arte ruso, sacro
y laico. El proyecto se hizo realidad en 1881, con la inauguración
de la Galería. Tretiakov donó más de 2000 obras de su colección
privada a la ciudad de Moscú, constituyendo el embrión de lo que
hoy es este impresionante museo. Alberga más de 130.000 obras
creadas por artistas rusos, un excepcional panorama histórico de la
pintura rusa, desde el siglo XI hasta nuestros días. Su mayor tesoro
es su magnífica colección de iconos, destacando “la Virgen de
Vladimir”, de estilo bizantino y que la tradición atribuye a San
Lucas, y la obra maestra del gran Andréi Rubliov, “la Trinidad”.
Regreso
al
hotel.
Cena
en
el hotel.
Día
4 /
MoscÚ
Desayuno
en el hotel.
Excursión
a Serguiev Posad,
el “Vaticano Ruso” y
visita del Monasterio. Situado
a unos 70 Km. al nordeste de la capital rusa, en la ruta Imperial del
Anillo de Oro, Serguiev Posad (antes llamado Zagorsk) es uno de los
centros más importantes de la religión ortodoxa. Su construcción
fue iniciada por San Sergio, quien estableció en el lugar un
monasterio-fortaleza en 1340. Con el paso del tiempo, el monasterio
se convirtió en uno de los más espectaculares e importantes centros
espirituales del país. En él podemos apreciar elementos
característicos de la arquitectura militar de los siglos XV al
XVIII, periodo en el que tuvo su máximo desarrollo. Activo aun hoy
día como monasterio fortificado de la Trinidad San Sergio, es además
Seminario, Instituto Teológico, lugar de peregrinación y sede y
residencia del gran patriarca de todas las Rusias, por lo que se le
conoce como el “Vaticano Ruso”. Entre sus numerosas iglesias y
catedrales destacan la cúpula azul de la Catedral de la Asunción, o
la más importante de ellas, la catedral de la Dormición. Esta
última contiene la tumba de Boris Godunov y su familia, y una copia
del famosísimo icono “la Trinidad”, de Andréi Rubliov, cuyo
original se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú. Serguiev
Posad ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En
opción:
Taller
de pintura de muñecas rusas “matrioshkas”.
Almuerzo.
Salida
hacia Izmáilovo.
Visita
de Izmáilovo.
Situado a poca distancia de Moscú, Izmáilovo es célebre por su
inmenso mercado, donde todo se puede encontrar, desde modestos
recuerdos y artículos que no valen más que un puñado de rublos, a
las refinadas producciones de los mejores artesanos. Además de las
tradicionales muñecas rusas, se puede encontrar sobre todo joyas y
artículos de bisutería, “suvenires” de la época soviética y
también artesanía procedente de todos los rincones del país. La
inmensa cantidad de artículos y lo variado de sus orígenes son la
prueba palpable de que nos encontramos en el cruce de Europa y Asia.
Varios talleres permiten descubrir los oficios tradicionales como la
orfebrería, la alfarería o el trabajo de los tejedores. Se puede
igualmente admirar diferentes edificios que representan la
arquitectura tradicional rusa, tanto en piedra como en madera.
Regreso
al
hotel.
Cena
en el hotel.
Día
5 /
MOSCÚ - MÚRMANSK
Desayuno
en el hotel.
Traslado
al aeropuerto.
Vuelo
a Múrmansk (no
incluido).
Llegada
a Múrmansk.
Visita
de “Saami City” y pequeño paseo en trineo tirado por renos.
Saami
City está situada a unos 110 km al sur de Múrmansk, en el área
central de la península de Kola, y en una zona de antiguos
asentamientos de la población Saami. Hoy en día quedan muy pocos
descendientes de los Saami que poblaban originalmente estas tierras,
y tendremos la ocasión de conocer aquí a uno de ellos, que nos
mostrará antiguas fotografías y nos contará algunas historias,
anécdotas y tradiciones. Podremos ver construcciones y símbolos
religiosos de los Saami, y conocer a sus inseparables compañeros,
los renos y los huskies. Tendremos la ocasión de efectuar un pequeño
paseo (5-10 min) en trineo tirado por renos (XX pax por trineo) y de
probar una sopa tradicional.
Continuación
a través de la Península
de Kola
hasta el Lago
Imandra,
bordeando el Parque
Nacional de la Laponia rusa.
Recorreremos paisajes de indescriptible belleza. En el camino
pasaremos también cerca de algunos de los principales centros
industriales y mineros de la región, como Olenegorsk y Monchegorsk.
Almuerzo
en “Saami City”.
Salida
hacia Kírovsk.
Llegada
a Kírovsk.
La pequeña ciudad de Kírovsk se encuentra a 350 m de altura, al pie
mismo de las montañas Khibiny. Cuenta con unos 30.000 habitantes,
divididos en tres asentamientos diferentes. Fue fundada en 1929 y hoy
día es una curiosa mezcla de comunidad minera y centro deportivo y
de turismo de aventura: Kírovsk cuenta con la mayor estación de
esquí del norte de Rusia, con 6 pistas certificadas por la FIS, una
cota máxima de 1050 metros y un desnivel de casi 700 metros. Desde
aquí salen numerosas expediciones en esquí de montaña, travesía,
motonieve, etc. a las montañas Khibiny, así como a otros puntos y
parques nacionales de la región de Múrmansk y de la vecina Carelia.
En la entrada del pueblo podremos ver la iglesia
ortodoxa de la Imagen de San Salvador,
con sus vistosos ladrillos rojos y sus cúpulas doradas.
Traslado
al hotel.
Alojamiento.
Cena
en el hotel.
Salida
nocturna para intentar avistar Auroras Boreales.
Las Montañas Khibiny son un escenario de cuento de hadas para
intentar observar las auroras boreales. Saldremos del pueblo en
autocar y posteriormente efectuaremos una caminata de unos 30 minutos
a través de una ancha pista para llegar a un amplio valle entre
montañas.
IMPORTANTE:
Las Auroras Boreales son un fenómeno de la naturaleza, completamente
aleatorio, que no ocurre cada día y que es casi imposible de
predecir con antelación. Incluso cuando se da el fenómeno, es
necesario para verlo que el cielo esté despejado, ya que si hay
nubes espesas no pueden verse. Todo ello está completamente fuera de
nuestro control. Por lo tanto, si bien hacemos todo lo posible para
que los viajeros puedan disfrutar de las Auroras Boreales durante su
viaje, en el marco de las actividades y horarios previstos, de ningún
modo se puede garantizar la observación de Auroras Boreales durante
el viaje. Obviamente, la no observación de Auroras Boreales no da
derecho a ningún descuento al reembolso de ninguna cantidad abonada.
Salida
del hotel a las 21:00, regreso al hotel a las 24:00. Tiempo de
transporte: aproximadamente xx horas y xx minutos, ida y vuelta.
Tiempo de observación: aproximadamente 2h y xx minutos.
Los
tiempos indicados podrían variar y acortarse, y la salida nocturna
incluso suspenderse si las condiciones meteorológicas impidieran de
forma definitiva la observación de las Auroras Boreales (en caso de
niebla espesa, tormenta de nieve, etc.). Ello no daría lugar a
ningún reembolso.
DÍA
6 /
KÍROVSK
- MÚRMANSK
Desayuno
en el hotel.
Safari
en motonieve en las montañas Khibiny. Las
montañas Khibiny, con su espectacular relieve y sus preciosos
valles, ofrecen un marco incomparable para los safaris en motonieve
que, además, debido a la altura, se pueden realizar aquí
habitualmente hasta el mes de mayo. Saldremos desde el pueblo a
través de un valle, adentrándonos en el macizo hasta llegar a un
paso de montaña batido por el viento y un lago de montaña helado.
Nos
cambiaremos en la base de las motonieves, donde recibiremos el equipo
necesario, así como las instrucciones básicas de manejo de las
motonieves y comportamiento y normas a seguir durante el safari, que
nos serán traducidas por nuestro guía. A continuación, nos
dividiremos en grupos de aproximadamente 6 motonieves cada uno, cada
grupo acompañado de un instructor (habla rusa o inglesa).
En
cada motonieve viajan dos personas, una de los cuales maneja la
motonieve, llevando detrás a un pasajero. Las dos personas se turnan
en el manejo de la motonieve siguiendo las indicaciones del
instructor, en las paradas realizadas al efecto. El suplemento a
pagar para estar solo una persona a bordo de la motonieve es de XXX
EUR.
Salida
del hotel a las 09:00, regreso al hotel a las 12:00. Tiempo de
transporte: aproximadamente 1 hora, ida y vuelta. Duración del
safari: aproximadamente 01h y 30 minutos.
En
caso de no poder realizarse el safari en motonieve por circunstancias
meteorológicas, sería reembolsado el importe de la actividad. En
caso de haberse iniciado el safari, y tener que acortarse por un
empeoramiento de las condiciones meteorológicas o cualquier otra
circunstancia, emergencia, etc., no se efectuaría reembolso. Un
desistimiento voluntario por parte de un pasajero en cualquier
momento (antes del safari o durante el mismo) no daría lugar a
ningún reembolso.
Visita
del “Pueblo de Nieve” en Kírovsk. Desde
2008 cada año se crea desde cero esta impresionante estructura,
completamente tallada en la nieve y el hielo por 20 artistas, tanto
rusos como de los países vecinos. Es la mayor estructura tallada en
la nieve en el mundo, y se compone de más de 20 cámaras y numerosos
pasillos que las conectan, que se extienden a lo largo de más de
2000 metros cuadrados. Cada año se dedica a una temática diferente.
Podremos recorrer las salas donde los artistas han tallado bellísimas
filigranas, con una sublime decoración realzadas por los juegos de
luces y colores.
Descenso
en “vatrushki” (trineo inflable). Tendremos
ocasión de practicar un pasatiempo que todos los rusos conocen desde
la infancia: Bajar una pequeña cuesta en “vatrushki”
(rosquillas), una especie de flotadores que se deslizan a toda
velocidad sobre la nieve y el hielo.
Almuerzo
en
Kírovsk.
Continuaremos
por la península de Kola hacia el lago Imandra que bordea el Parque
Nacional de la Laponia rusa. Recorreremos paisajes de una belleza
indescriptible. En el camino, también veremos algunos de los
principales centros industriales y mineros de la región, como
Olenegorsk y Monchegorsk.
Parada
en el Lago Imandra y pequeño paseo en trineo tirado por huskies. El
Lago Imandra es el segundo mayor lago de la región ártica en
Europa, y el mayor en la Laponia rusa. Su costa dibuja caprichosas
formas, creando numerosas bahías, recovecos e islotes. Tiene una
profundidad máxima de 67 metros, unos 850 km2 de superficie y se
encuentra a unos 150 km de Múrmansk. Sus aguas son transparentes y
abundantes en pesca. Nos dirigiremos a una granja de los célebres
perros rusos “huskies”, especialmente entrenados y adaptados a
las duras condiciones polares. Podremos realizar un breve paseo (15
min) en trineo tirado por “huskies” sobre las aguas heladas del
Lago Imandra, y calentarnos con auténtico vodka ruso acompañado de
los típicos “zakuskis”.
En
los trineos iremos cubiertos con mantas, pero es necesario llevar
consigo ropa de abrigo. Hay un pasajero por trineo, además del
“musher” o guía, que habla ruso y, en ocasiones, inglés.
En
caso de no poder realizarse el paseo en trineos tirados por huskies
por circunstancias meteorológicas, sería reembolsado el importe de
la actividad. En caso de haberse iniciado el paseo, y tener que
acortarse por un empeoramiento repentino de las condiciones
meteorológicas o cualquier otra circunstancia, emergencia, etc., no
se efectuaría reembolso. Un desistimiento voluntario por parte de un
pasajero en cualquier momento (antes del paseo o durante el mismo) no
daría lugar a ningún reembolso.
Cena.
Salida
hacia Múrmansk.
Observación
de Auroras Boreales en ruta. Las
Auroras Boreales son uno de los mayores espectáculos que nos brinda
la naturaleza. El cielo nocturno se ilumina en un increíble ballet
mágico de luces multicolores que parecen bailar ante nuestros ojos.
Se trata de un fenómeno creado por la llegada de partículas solares
cargadas de energía a la tierra, y su choque con el campo magnético
terrestre y los gases de nuestra atmósfera. Esto crea un
impresionante espectáculo de luces que bailan y cambian
caprichosamente de forma en el cielo nocturno. Para intentar avistar
las auroras boreales en las mejores condiciones, debemos evitar la
contaminación lumínica, salir de zonas urbanas iluminadas y
dirigirnos a áreas rurales, preferentemente en lo alto de una colina
para poder disfrutar de una mejor vista. La región de Múrmansk es
una de las partes del mundo más favorables a la observación de
Auroras Boreales por los siguientes motivos: Está situada muy al
Norte, su temperatura aun siendo fría, está moderada por la
Corriente del Golfo, y goza de más días claros que otras ciudades
en la misma latitud. Múrmansk se encuentra en el llamado “Óvalo
de las Auroras Boreales”, la parte del mundo donde es más fácil
avistarlas. En Múrmansk y su región podemos avistar auroras
boreales entre finales de septiembre y abril.
IMPORTANTE:
Las Auroras Boreales son un fenómeno de la naturaleza, completamente
aleatorio, que no ocurre cada día y que es casi imposible de
predecir con antelación. Incluso cuando se da el fenómeno, es
necesario para verlo que el cielo esté despejado, ya que si hay
nubes espesas no pueden verse. Todo ello está completamente fuera de
nuestro control. Por lo tanto, si bien hacemos todo lo posible para
que los viajeros puedan disfrutar de las Auroras Boreales durante su
viaje, en el marco de las actividades y horarios previstos, de ningún
modo se puede garantizar la observación de Auroras Boreales durante
el viaje. Obviamente, la no observación de Auroras Boreales no da
derecho a ningún descuento al reembolso de ninguna cantidad abonada.
Traslado
al hotel.
Alojamiento.
DÍA
7
/
MÚRMANSK
- SAN PETERSBURGO
Desayuno
en el hotel.
Visita
del rompehielos atómico “Lenin”. En
las numerosas expediciones en el Ártico ruso, hacia las diferentes
bases y asentamientos en el extremo Norte del país, se vio
claramente la necesidad de prolongar la autonomía de los barcos. Los
rompehielos consumen una gran cantidad de energía, debido a la
potencia que necesitan para romper la coraza helada del océano. En
los tradicionales rompehielos diésel, aun llevando un 70% de su peso
en combustible, la autonomía llega a un máximo de 40 días. La
Unión Soviética decidió la construcción del primer rompehielos
alimentado por energía nuclear y construyó en los astilleros de San
Petersburgo el primer rompehielos atómico del mundo, el “Lenin”.
Botado en 1957, fue completado en 1959. Estaba alimentado por 3
reactores nucleares, que luego fueron sustituidos por 2 de un tipo
más avanzado y seguro. La nave tenía una autonomía de un año, con
una potencia de 45.000 caballos. En 1989 fue retirado del servicio,
tras haber recorrido casi 600.000 millas náuticas (un millón de
kilómetros) entre los hielos del Ártico. Funciona como museo en la
ciudad de Múrmansk donde se encuentra “Atomflot”, la sede de la
flota rusa de rompehielos nucleares, la única del mundo. Visitaremos
el “Lenin” y podremos ver las diferentes estancias del barco,
adaptadas a una tripulación que debía pasar largos periodos en
autonomía total, sin contacto con el exterior: Cantina, cine,
enfermería, camarotes, sala de mapas, puente de mando y, por
supuesto, la sala donde se encuentran los reactores nucleares, hoy
desactivados.
Visita
panorámica de Múrmansk. Múrmansk
es la puerta de entrada más accesible al Ártico ruso y a la Laponia
rusa. Con sus 300.000 habitantes, es la mayor ciudad del mundo
situada al norte del Círculo Polar Ártico. Está situada al fondo
de un fiordo navegable en el mar de Bárents, y es uno de los puertos
más importantes de Rusia, pesquero, comercial y militar. Está
comunicada con el resto del país por carretera y ferrocarril, así
como por varios vuelos regulares diarios a Moscú (a 1500 km) y San
Petersburgo (a 1000 km). Desde tiempos antiguos los rusos llamaron a
esta costa “costa de Murman”; la palabra “Murman” en antiguo
ruso significa “noruego” (norman). A partir del siglo XII la
República de Nóvgorod, entonces el estado ruso más importante,
envió colonos a las costas del Mar Blanco y del Ártico. Estos
colonos fueron llamados “Pomores” (“cercanos al mar”), y
fueron los primeros pobladores rusos en la zona de Múrmansk. A
partir del siglo XVI, Rusia fortalece su posición frente a Suecia y
Noruega, construyendo varios fuertes y la pequeña ciudad de Kola, 12
km al sur de la actual Múrmansk. En 1916 fue fundada Múrmansk,
llamada “Románov en Murman” en honor a la dinastía imperial
rusa, y sustituyó a Kola como capital regional. Fue la última
ciudad rusa fundada antes de la revolución comunista. Está situada
junto al fiordo, en una zona de colinas y lagos. Desde aquí podemos
acceder a los principales puntos de interés de la región. Debido a
su latitud, en el extremo Norte de Europa, Múrmansk es un lugar
ideal para intentar observar las Auroras Boreales. Durante el
invierno, entre el 2 de diciembre y el 10 de enero, es “Noche
Polar” en Múrmansk, con 40 días de noche ininterrumpida. El clima
de Múrmansk está moderado por la Corriente del Golfo (“Gulf
Stream”), lo que hace que sus temperaturas sean en general bastante
más moderadas que en otras zonas interiores de Laponia como
Rovaniemi o Ivalo. El fiordo permanece todo el año libre de hielo.
La
ciudad se extiende de Norte a Sur a orillas del Fiordo de Múrmansk a
lo largo de unos 20 km. Está construida sobre las colinas que
dominan el fiordo, por lo que podremos disfrutar de vistas
panorámicas en varios puntos a lo largo de nuestro recorrido. Muchos
de los monumentos que veremos están relacionados con el carácter de
puerto pesquero y militar de Múrmansk, así como de su importante
papel en las dos Guerras Mundiales, especialmente en la Segunda
Guerra Mundial, durante la cual la ciudad resistió heroicamente
varios ataques alemanes y fue uno de los principales puntos de
entrada de la ayuda militar aliada a la Unión Soviética.
Comenzaremos
por el centro de la ciudad, y su plaza más importante la Plaza
de las Cinco Esquinas.
Junto a ella se sitúa el Parque
Central,
donde se encuentra el curioso Monumento
al Bacalao,
principal producto de la flota pesquera de Múrmansk. En el cruce de
la Avenida
de Lenin
y la Calle
de Karl Marx
se encuentran dos de las construcciones más importantes de la
ciudad, el Ayuntamiento
y el Museo
Regional de Arte y Tradiciones,
el edificio de piedra más antiguo de Múrmansk. Pasaremos a
continuación por el Monumento
a los Patriarcas Cirilo y Metodio,
quienes introdujeron la escritura en Rusia, creando el alfabeto
cirílico. Pasaremos frente al Tribunal
de Justicia
y la Casa
de la Cultura,
continuando por la Avenida Lenin, donde se encuentran numerosos
exponentes de la majestuosa arquitectura estalinista, para ver el
Teatro
Dramático,
junto al Monumento
a los Guarda-Fronteras del Ártico.
Recorreremos la Avenida
del Teniente Shmidt,
pasando ante el Monumento
a los Marinos y Barcos de la Flota,
la Estación
Central de Ferrocarril,
y la zona deportiva, con el Palacio
de Hielo,
el Estadio
Central
y la Piscina
Municipal.
Tras parar en el Monumento
a los Exploradores del Ártico,
subiremos a la colina cercana donde se encuentran algunos de los
principales monumentos de la ciudad: La iglesia
ortodoxa de San Salvador Sobre las Aguas,
el memorial
a los marinos muertos en tiempo de paz,
y el emotivo Monumento
a los Submarinistas del “Kursk”,
con la torreta del tristemente célebre submarino nuclear que se
hundió en el año 2000 en aguas del mar de Bárents, matando a sus
118 tripulantes, y que tenía su base en una de las instalaciones
militares cercanas a Múrmansk. Desde aquí podremos ver una
panorámica de la ciudad. Contornearemos el lago
Semyonóvskoye
donde se encuentra la célebre estatua del célebre gato
“Semyon”,
que sus propietarios perdieron en 1987 durante un viaje a Moscú y
que recorrió durante 6 años los 1800 km que lo separaban de
Múrmansk para regresar a casa… Desde aquí nos dirigiremos a uno
de los puntos más altos de la ciudad, el Monumento
a los Defensores del Ártico Ruso
durante la Segunda Guerra Mundial, una impresionante estatua de un
soldado soviético de casi 40 m de altura, más conocida con el
sobrenombre de “Alyosha”,
diminutivo de Alexéi. Aquí se encuentra la Llama
al Soldado Desconocido
y desde aquí podremos admirar una espectacular vista de la ciudad,
su puerto, el fiordo de Múrmansk y sus alrededores. Tras pasar ante
la estatua
a la mujer que espera,
dedicada a las esposas de los marinos, saldremos a las afueras de la
ciudad para ver la iglesia
ortodoxa de Todos los Santos,
una de las más notables de Múrmansk, para llegar al puente
sobre la Bahía de Kola,
desde el que tendremos otra bellísima perspectiva de la ciudad y su
fiordo. Regresaremos a continuación al centro.
Almuerzo.
Visita
del Museo Naval de la Flota del Norte.
Cena
en un restaurante local.
Traslado
al aeropuerto.
Vuelo
a San Petersburgo (no
incluido).
Llegada
a San Petersburgo.
Traslado
al hotel.
Alojamiento.
DÍA
8 / San
Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Visita
panorámica completa de San Petersburgo. Ventana
de Rusia a Europa, Venecia del Norte, Ciudad-Museo… cualquiera que
sea el título que se le dé, San Petersburgo es una ciudad que hay
que conocer. Construida sobre el agua y el barro en 1703 por el Zar
Pedro el Grande, esta magnífica ciudad báltica cautiva al
visitante. Suntuosos palacios, elegantes puentes y majestuosos
malecones de granito se reflejan en sus ríos y canales que se
entrecruzan con las callejuelas. Su belleza y riqueza dejan mudo al
viajero.
Pedro
el Grande quería que Rusia recuperase su retraso con respecto al
resto de Europa, y pensaba que su país estaba subdesarrollado y que
su nobleza e instituciones pertenecían al pasado. Decidió mover la
capital de Moscú y construir otra desde cero, más próxima a la
Europa del Norte que tanto admiraba. El lugar elegido para ello
parecía la elección de un loco: un terreno pantanoso en el Gran
Norte, infestado de malaria en verano y con un durísimo invierno.
Miles de trabajadores forzosos perecieron en la construcción de la
nueva capital. Pero a pesar de todos los inconvenientes, esta creció
rápidamente y pronto se convirtió en un auténtico imán de
arquitectos y artistas llegados de todos los rincones de Europa, que
edificaron avenidas y parques, iglesias y palacios, canales y
puentes, es cuelas, una Universidad y Academia de Bellas Artes, y
embellecieron la ciudad hasta límites inimaginables. El lujo y la
sofisticación técnica empleados en la construcción, la opulencia
de la corte zarista, pueden admirarse en los numerosos palacios,
teatros, lujosas e imponentes fachadas que ornan las amplias
avenidas, aquí llamadas “Perspectivas” (Prospekt).
Los innumerables canales, islas y puentes que fue necesario construir
para drenar el terreno y encauzar el caudaloso Neva le dan a la
ciudad un carácter único. San Petersburgo ha sido declarada
Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO.
San
Petersburgo ha sido la capital de Rusia durante más de dos siglos,
de 1712 a 1918. Tras la revolución rusa, Moscú volvió a ser la
capital y San Petersburgo inicio un periodo de decadencia. Los
comunistas cambiaron incluso su nombre por dos veces, a Petrogrado y
Leningrado. Al terminar el régimen soviético, San Petersburgo
recupero su nombre histórico y, tras un intenso periodo de
reconstrucción y restauración, la ciudad ha recobrado el esplendor
y la gloria de antaño.
Hoy
San Petersburgo es una ciudad vibrante y dinámica y con sus 5
millones de habitantes es la 4ª ciudad de Europa. Es también la
ciudad más visitada de Rusia. Además de su maravilloso patrimonio
cultural, ofrece al visitante una impresionante oferta de actividades
durante todo el ano.
Visita
totalmente guiada en español, toma de contacto ideal con la ciudad,
su centro histórico y sus principales monumentos. Podremos apreciar
la Perspectiva
Nevsky,
con sus prestigiosos edificios: Palacios Aníchkov, Stroganov y
Beloselski-Belozerski; iglesias luterana, católica y armenia; la
Catedral
ortodoxa de Nuestra Señora de Kazán,
los edificios Eliseev, Mertens y Singer… Atravesaremos la Fontanka,
río que cruza el centro urbano de San Petersburgo, así como el río
Moika y el canal Griboyedov. Sobre este último se encuentra la
célebre iglesia
de San Salvador
sobre la Sangre Derramada, de inconfundible estilo ruso con sus
cúpulas multicolores y doradas, en forma de bulbo. El antiguo
Palacio
de Invierno,
imponente residencia de los Zares, transformado en el Museo
del Hermitage,
domina desde su fachada Norte el curso del majestuoso Neva. Al otro
lado del río se alza la inconfundible silueta de la Fortaleza de
Pedro y Pablo. No lejos se encuentra la Cabaña
de Pedro el Grande:
desde esta modesta vivienda de madera, el Zar seguía personalmente
la evolución de la construcción de “su” ciudad, entre 1703 y
1708. En la isla Vasílievski se encuentran la Strelka,
el palacio
Ménshikov
y el histórico edificio de la Universidad.
Pasaremos ante el Almirantazgo
y su imponente flecha dorada, símbolo de la fuerza naval rusa, en la
que Pedro el Grande quiso cimentar su Imperio. Veremos su estatua
ante el edificio del Senado
y la Catedral
de San Isaac,
con sus gigantescas columnas de granito rojo de Finlandia. La plaza
Teatrálnaya alberga los edificios del Conservatorio
y el célebre Teatro
Mariinsky.
Terminaremos ante la bella catedral
de San Nicolás de los Marinos,
rodeada de canales.
Pequeño
paseo por el barrio de Dostoievski,
El escritor de fama mundial Fiódor Dostoievski mantuvo una estrecha
relación con la ciudad de San Petersburgo, a la que amó, y en la
que pasó una gran parte de su vida. Visitaremos su barrio preferido,
situado en pleno centro de San Petersburgo donde, tras las elegantes
fachadas, vivían gentes de toda clase y condición, personajes que
reflejaban la Rusia real, que el escritor gustaba de llamar
“Verdaderos Rusos” y reflejó de forma magistral en obras como
“Crimen y Castigo”, “el Idiota” y otras. Recorreremos las
mismas calles donde paseaba el escritor, podremos admirar la fachada
de la casa donde murió, hoy transformada en museo, y visitaremos la
iglesia de San Vladimir, donde frecuentemente acudía a rezar.
Visita
del Mercado Kuznechny.
Situado en una de las zonas más antiguas de San Petersburgo, en el
barrio que hoy lleva el nombre del escritor Dostoievski, el Mercado
fue construido a principios del siglo XX. Es uno de los más famosos
de la ciudad, siendo sin duda el favorito de sus habitantes. No es el
lugar más barato, pero si el mejor abastecido. Aquí podemos
encontrar los mejores productos procedentes de toda Rusia y de otros
lugares del mundo: Frutas y verduras de los fértiles oasis de Asia
Central, sabrosos quesos caseros; deliciosos frutos secos del
Cáucaso, setas y frutos de los bosques del Norte, pescado fresco de
los ríos rusos y caviar… Los compradores pueden probar los
productos, es la mejor garantía de calidad.
Vista
exterior del Acorazado “Aurora”
barco de la antigua marina de guerra imperial, cuyos cañonazos el 25
de octubre de 1917 marcaron el inicio de la Revolución Rusa. La
tripulación amotinada se sumó a los revolucionarios, rechazando la
orden superior de abandonar la ciudad. Sus tropas no solamente dieron
la señal del asalto al Palacio de Invierno, sino que participaron en
el mismo. Podremos admirar la espectacular vista del majestuoso
acorazado y sus históricos cañones desde la orilla del Neva.
Visita
exterior de la Cabaña de Pedro el Grande.
Esta modesta casa de madera, construida en 1703, fue la primera
edificación de San Petersburgo. Inspirada en las viviendas
holandesas del siglo XVIII, desde ella Pedro el Grande seguía
personalmente la edificación de “su” ciudad entre 1703 y 1708.
Visita
de la Fortaleza de Pedro y Pablo con su catedral, panteón de los
zares Románov. Situada
en una pequeña isla frente al Palacio del Invierno, dominando los
tres brazos del Neva, la Fortaleza estaba destinada a proteger la
ciudad de las incursiones por vía marítima. Los Zares la utilizaron
después como prisión política, encarcelando allí a sus
principales opositores, principalmente intelectuales. Convertida hoy
en museo, su recinto amurallado ofrece incomparables vistas de la
orilla sur del Neva. Desde sus murallas, diariamente, un cañonazo
marca las doce del mediodía. La pequeña iglesia de madera que se
encontraba originalmente en su interior se fue agrandando hasta
transformarse en Catedral. Podremos admirar en ella la tumba del
fundador de la ciudad, el Zar Pedro el Grande, así como las de los
zares de la dinastía Románov y sus familias, incluyendo Nicolás II
y su esposa e hijos, asesinados durante la revolución en 1918. Sus
cuerpos fueron trasladados a la Catedral en 1998.
Almuerzo.
Visita
de la Catedral de San Isaac.
Autentico símbolo de San Petersburgo, fue
diseñada y construida principalmente por dos arquitectos: el español
Agustín de Betancourt y el francés Auguste de Montferrand. La
Catedral de San Isaac es una de las mayores de Europa por su tamaño,
y también por la riqueza y majestuosidad de los materiales empleados
en su construcción y decoración, incluyendo grandes cantidades de
oro, malaquita y lapislázuli, 14 mármoles diferentes y más de 40
minerales y piedras semipreciosas, granito de Finlandia, 600 metros
cuadrados de mosaicos, numerosas pinturas y esculturas… La cúpula
está recubierta de 100 kg de oro. Más de medio millón de
trabajadores participaron en su construcción, particularmente
difícil a causa del terreno pantanoso, las grandes dimensiones de la
obra y el gran peso de los materiales empleados: ¡300.000 toneladas!
Hoy día la Catedral funciona como museo y solamente está dedicada
al culto diario una capilla, si bien hay servicios religiosos en las
más importantes festividades.
Visita
de la cúpula de San Isaac.
Desde la galería abierta situada alrededor de la gigantesca cúpula,
se divisa una magnifica panorámica de la ciudad, sus principales
monumentos y el majestuoso Neva. Se pueden también apreciar en todo
su esplendor los imponentes grupos escultóricos que decoran las
balaustradas.
Paseo
en la Perspectiva Nevsky y el Barrio de las Artes.
La Perspectiva (avenida) Nevsky es el eje principal de San
Petersburgo, la más bella e importante avenida de la ciudad. Es el
centro de la vida comercial y social de San Petersburgo, una
animadísima arteria llena de tiendas y cafés en la que los
habitantes de la ciudad adoran pasear y mostrarse. Admiraremos
algunos de sus más importantes edificios, como los palacios
Anichkov, Stroganov y Beloselski-Belozerski, los grandes almacenes
Gostiny Dvor, los edificios Eliseev, Mertens y Singer y el Puente
Anichkov. En la Perspectiva Nevsky se encuentran importantes iglesias
como la iglesia luterana de San Pedro, la iglesia católica de Santa
Catalina, la iglesia armenia y la imponente columnata neoclásica de
la catedral de Nuestra Señora de Kazán. Pasaremos frente al
suntuoso edificio del Fran Hotel Europa para adentrarnos en el
llamado “Barrio de las Artes”, en torno al palacio Mijáilovsky,
sede del Museo Ruso. En la misma plaza se encuentran el teatro
Mijáilovsky, el teatro de la Comedia Musical, la Filarmónica, y la
imponente fachada del Museo Etnográfico. A corta distancia, sobre el
canal Griboyedov se yergue orgullosa la silueta de la catedral de San
Salvador.
Visita
de la Iglesia de San Salvador sobre la Sangre Derramada. Fue
edificada en 1882 a orillas del canal Griboyedov, por orden de
Alejandro III en memoria de su padre, Alejandro II, asesinado en un
atentado en ese mismo lugar, lo que dio su nombre a la iglesia. En el
interior se conserva el fragmento de adoquinado donde el zar cayó
mortalmente herido. Fue construida en estilo típicamente ruso,
inspirado en las iglesias de la región de Yaroslavl y en la catedral
de San Basilio de Moscú, por lo que es totalmente diferente del
resto de iglesias de San Petersburgo. Su fachada es de ladrillo rojo
decorado con y sus cúpulas en forma de bulbo están ornadas con
cerámica multicolor y pintura dorada. Pero es en su interior donde
la riqueza decorativa alcanza todo su esplendor, con más de 7500 m²
de espectaculares mosaicos, como ninguna otra iglesia en el mundo. Su
silueta, alzándose sobre las aguas del canal Griboyedov, es una de
las imágenes más conocidas de la ciudad.
Regreso
al hotel.
Cena
en el
hotel.
Día
9 / San
Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Mañana
libre.
Almuerzo.
Pequeño
paseo por el barrio Pushkin.
Han pasado ya casi dos siglos desde el trágico fallecimiento del mas
celebre y admirado de los escritores de Rusia, pero los rusos aun
leen sus obras y admiran a Pushkin, por su talento extraordinario, y
porque siempre tomó partido por los más débiles, por el pueblo
ruso. Visitaremos la zona de la ciudad donde vivió entre sus
numerosos y largos viajes. Pasearemos sobre los adoquines de la calle
Milliónnaya, admiraremos sus antiguos palacios y los imponentes
Atlantes que sostienen la columnata del Hermitage. Atravesaremos el
romántico Canal de Invierno y pasaremos junto al antiguo edificio de
la caballería de la Guardia. Junto al rio Moika podremos apreciar la
fachada de la casa donde Pushkin vivió y murió, tras un duelo por
el honor de su esposa.
Visita
del Museo del Hermitage.
El magnífico Museo del Hermitage es la mayor atracción de San
Petersburgo. Está situado en
el
Palacio de Invierno, antigua residencia de los Zares, y tres otros
edificios contiguos junto al Neva. El Hermitage es el mayor museo de
Rusia, así como uno de los más importantes del mundo. Fue fundado
en 1764 por Catalina la Grande y se fue enriqueciendo a lo largo de
los siglos mediante la compra por parte de los zares de colecciones
completas en el extranjero. Hoy cuenta con más de tres millones de
obras de arte y posee colecciones de una riqueza inestimable:
colecciones de escultura y pintura, cristal y porcelana, tapicerías
y joyas, grabados, antigüedades de la época clásica, armas,
medallas, monedas, valiosos libros… Debe su renombre internacional
en especial a sus colecciones de pintura de las escuelas italiana,
flamenca, francesa y española, en particular obras maestras de
Leonardo da Vinci, Rafael y Rembrandt. Sus suntuosos interiores
ricamente decorados sor el marco ideal para esta colección única.
Regreso
al hotel.
Cena
en
el hotel.
Día
10
/ San Petersburgo
Desayuno
en el hotel.
Excursión
a Pushkin y visita del Palacio de Catalina con su célebre “Cámara
de Ámbar” y sus jardines.
La
pequeña ciudad de Pushkin, situada a 30 km al sur de San
Petersburgo, se denominó así en honor del más grande poeta ruso.
Antiguamente se llamaba Tsárskoye Seló, o “Aldea de los Zares”.
En ella se encuentra una de las más bellas residencias imperiales,
el Palacio de Catalina, cuyo nombre está dedicado a Catalina I,
esposa de Pedro el Grande. Diseñado por el célebre arquitecto
italiano Bartolomé Rastrelli, autor de los más importantes
monumentos y palacios de San Petersburgo, fue construido en el siglo
XVIII a lo largo del reinado de cinco Zares. Cada uno de ellos
intervino en la construcción de acuerdo con su propio gusto y a las
tendencias de la época, desde el Rococó inicial hasta el
Neoclásico. Lugar de predilección de Catalina II la Grande, en su
incomparable sucesión de salones destaca la Cámara de Ámbar,
enteramente recubierta de Ámbar del Báltico. Oculta a las visitas
durante casi un siglo, ha sido completamente restaurada en 2003, con
motivo del Tricentenario de San Petersburgo. También destacan la
Galería Dorada con la Sala de Pinturas y el salón de baile conocido
como Gran Salón. La bellísima arquitectura del Palacio encuentra su
reflejo en el parque circundante, donde se puede pasear entre bosques
de abedules y abetos, lagos y estanques, arroyos, puentes,
esculturas, pérgolas... La
inolvidable belleza del lugar ha sido descrita por innumerables
poetas y artistas.
Visita
exterior del Palacio de Pávlovsk y su parque. El
palacio de Pávlovsk fue un regalo de Catalina la Grande a su hijo
Pablo, futuro zar Pablo I, en 1777. El gran parque, que ocupa 600
hectáreas a lo largo del valle del rio Slavyanka, es uno de los
mayores parques paisajísticos del mundo, y la más extensa zona
verde alrededor de san Petersburgo. Fue diseñado por Charles Cameron
en estilo inglés y ocupa lo que originalmente era un coto de caza
imperial. El Jardín Holandés con sus coloridos lechos de flores,
situado junto al Palacio, estaba reservado al disfrute de la familia
imperial. El parque se considera una obra maestra de arquitectura
paisajística en Europa, con sus verdes colinas desciendo suavemente
hacia las orillas de la Slavyanka y sus meandros, los riachuelos y
fuentes, los monumentos esparcidos en los frondosos bosques y verdes
praderas… El Parque es uno de los lugares favoritos de los
habitantes de San Petersburgo, que vienen a pasear aquí durante todo
el ano.
Almuerzo.
Visita
de la Catedral de San Nicolás de los Marinos y asistencia parcial a
la misa ortodoxa rusa cantada. Este
magnífico monumento del barroco ruso, con sus espectaculares cúpulas
doradas, fue erigido en una zona que desde tiempo de la fundación de
la ciudad por Pedro el Grande estaba poblada principalmente por
marinos, debido al gran número de vías de agua que la surcan y a su
proximidad con el puerto de la ciudad. Posteriormente se instaló
aquí el Regimiento Naval de la ciudad. La iglesia fue construida por
orden personal del príncipe Golitsin, que ofreció a la zarina
Elisaveta Petrovna erigir el templo de San Nicolás de los Milagros -
protector de los marinos - en honor de las hazañas de la Flota Rusa.
La construcción, dirigida por el arquitecto Chevalinski, duró desde
1753 hasta 1762. La catedral consta en realidad de dos iglesias
diferentes, situadas cada una de ellas en uno de los dos pisos que la
componen: la iglesia de San Nicolás en el piso inferior, y la
iglesia de la Epifanía en el superior. Ambas ricamente decoradas con
molduras y columnas de orden corintio. El conjunto es rematado por un
bello campanario exento. La combinación de cúpulas doradas,
fachadas azules y columnas blancas es de gran belleza.
Regreso
al hotel.
Cena
en el hotel.
En
Opción:
Cena
de despedida en el restaurante típico “Isba Podvorie”,
con menú ruso, animación folclórica, vino y vodka a voluntad.
Podvorie
es un templo de cocina y sabores populares, situado en una típica
casa de madera rusa o “isba”, a 30 Km. de San Petersburgo,
rodeado de bosques de abetos y abedules. En el acogedor marco de esta
rústica casita, magnífico ejemplo de arquitectura del Norte de
Rusia, podremos saborear los platos más característicos de la
cocina rusa, tal y como lo hacen personalidades como el príncipe
Carlos, Jacques Chirac o Vladimir Putin, cliente habitual del lugar
cuando visita su ciudad natal. Podvorie es considerado “el más
ruso de los restaurantes rusos”. Los productos utilizados son de
primera calidad y totalmente naturales, como el vino, que llega
directamente de los viñedos del propietario en Crimea o el Vodka,
producido en su propia destilería. En verano se puede disfrutar de
una agradable terraza, en invierno es inolvidable la recepción sobre
la nieve con vodka sacado de un samovar de hielo, y el acogedor
interior de madera al calor del fuego en la chimenea.
Animación
folclórica en Podvorie. Mientras
disfruta de la sabrosa cocina en el interior de madera de este típico
restaurante, bailarines y cantantes vestidos con trajes tradicionales
harán inolvidable esta experiencia rusa.
Día
11 / San
Petersburgo (Salida)
Desayuno
en el hotel.
Transfer
de salida al aeropuerto.